Las mesitas o bancos auxiliares -sean de madera, metal, ‘stainless steel’ o vidrio, entre otros materiales- se convierten en un efecto unificador en la decoración de un espacio. Pueden hacer la diferencia en un recibidor, en una sala, en el salón de lectura, en la habitación y porqué no, hasta en el baño.
Una mesita puede llegar a funcionar como una pieza de conversación en cualquier lugar. Además, puede ayudar a destacar cualquier accesorio. No importa su forma, color, textura o tamaño, su funcionalidad sigue siendo la misma: crear personalidad dentro de un espacio. Así que no hay límites, ni formas para el concepto de una de estas piezas.
Además de utilizarlas al lado de la cama o de una butaca, como suelen verse, con ellas se puede crear una esquina acogedora en cualquier punto. Solo necesitas tu mesa, un accesorio y una buena iluminación. No importa el estilo de ambientación que sigas, lo principal será la función o el carácter que le quieras impartir al espacio.
Por ejemplo, si tu decoración es minimalista sería interesante adjudicarle al espacio un ‘bench’ oriental o uno tapizado con un patrón interesante y colores vivos. En un caso como éste, la personalidad del cliente es crucial, pues tendrá mucho que ver al momento de decidir por las piezas para un espacio en particular.
Algunas piezas pueden ser tan versátiles que, por ejemplo, si a una mesita de madera estilo Parson le colocas un cojín encima, se puede convertir en un banco.